miércoles, 22 de febrero de 2017

El peligro de una Baja Autoestima

¿Qué es la Autoestima?

    Entendemos por autoestima la forma o el concepto que tenemos de nosotros mismos.  Ese “espejo” interno donde  nos podemos mirar y definir nuestro valor. Una buena autoestima es la clave del éxito y de la satisfacción de vivir. Desgraciadamente, debido a la programación negativa recibida durante la infancia, son muchos los que tienen una autoestima afectada, tanto que han desperdiciado sus dones y talentos. Tales personas han caído en un círculo vicioso dañino y en una estilo de vida llena de conformismo. Ahora, veamos  los  dos tipos de autoestima que existen: La equilibrada y la desequilibrada.


a.- Una autoestima equilibrada: Los individuos con una autoestima equilibrada son aquellos que tienen un buen concepto de quiénes so
Una autoestima Sana es necesario
para triunfar
 n y tienen bien definido sus valores internos. Se ven como personas merecedoras de lo mejor y es por ello que reciben lo mejor. Estos son los que normalmente cumplen el rol que se les fue asignado por su Creador. No pasan por la vida simplemente observando lo que otros hacen, sino que están bien ocupados en explotar todo el potencial que fue colocado dentro de ellos.

  Los valores y cualidades de las personas con una autoestima equilibrada están bien  identificadas por ellas y en consecuencia, se avocan a cumplir cada día lo que les fue entregado para su provecho y el de otros. Es por esta razón que es fácil ver a este tipo de personas con su tiempo bien ocupado y proyectándose la mayor parte de sus vidasSon los que extraen el máximo provecho de sus habilidades y cualidades innatas.

b.- Una  autoestima   desequilibrada: Los de una  autoestima   desequilibrada son los que están en los extremos, es decir,  en una autoestima baja y en una autoestima alta:





Una autoestima baja


    La persona con una autoestima baja es la que se ve como un “Don nadie”, aquel que tiene un mal concepto de sí y, por ende, sufre de un complejo de inferioridad. Es la que normalmente se sentencia a sí mismo a cadena perpetua en la prisión de la mediocridad y el de “no sirvo para nada”. Este ser refleja fácilmente su baja autoestima por medio de sus palabras y conducta. Usted los oye hablar y rápidamente detecta que al frente tiene a una persona que piensa que nació en esta tierra para ser un simple espectador y no un protagonista. Normalmente tiene un rostro triste y un tono de voz  tímido e inseguro. Sus imágenes internas son las de siempre caer y fracasar. Sus frases mas favoritas son “Nunca lograré algo importante en la vida”, o aquella “Fui destinado a no cristalizar mis sueños”. Intentan demostrarle a todo el mundo que su situación no tiene comparación.

  Aquellos que tienen una baja autoestima  no creen tener las herramientas necesarias para  destacarse en la vida y como resultado viven una vida menor a la que Dios tiene para ellos. Siempre piensan que dentro de su interior no hay nada de valor. Si se les habla  que dentro de ellos hay un gigante que pueden sacar y explotar, seguro que piensan que en vez de tener un gigante tienen un “enano”. Y adicionalmente, siempre tienen un panorama sombrío de la vida y como resultado se proyectan la mayor parte de su existencia tristes, aunque algunos  tratan por todos los medios posibles no reflejarlo.

   Ahora, hagamos la siguiente pregunta: ¿Cómo llegó a formarse en estos individuos este tipo de autoestima? La respuesta, aunque es simple, es ignorada por muchos: el tipo de palabras negativas que están escuchando por años y la imagen dañina  que le inculcaron desde niños.

  Se cree que un niño en sus primeros cinco años de edad  forma el 70% de su carácter y gran parte de la calidad de autoestima que tendrá. No podemos pensar  que un niño que crezca en un  ambiente negativo y que solo oiga palabras cargadas de quejas, insultos, maltratos y palabras de desaliento, pueda formar un carácter firme y una autoestima saludable. Un niño rodeado de un ambiente de este tipo será un adulto con valores  bastante bajos y pensamientos defectuosos hacia sí mismo.

    El mal ambiente y las palabras cargadas de críticas destructivas son unas de las razones por la cuales se dañan las vidas internas de los niños. Usted puede que haya oído a un padre decirle a su hijo (si acaso no se lo dijeron a usted cuando era pequeño) “maldito muchacho tú no servirás para nada” o aquella “eres un bruto y nunca saldrás adelante” o que me dice de esta: “... me arrepiento de haberte traído al mundo”.  La inocencia del  niño le hará creer que esas palabras deben ser su verdad eterna y hará de ellas el prototipo mental que regirá su vida. Serán  esas palabras las que  dominarán su actitudes, vocabulario,  pensamientos y decisiones. He allí la razón de que hoy  veamos  a hombres y mujeres  caminar por esta tierra con un estilo de vida mediocre, frustrada  y sin un propósito definido. La razón; fueron programados con patrones mentales negativos.

Origen de una Autoestima baja

La familia: A la mayoría de nosotros nos gustaría haber podido cambiar algunas cosas de nuestra niñez y de la manera en que nos educaron. Sin embargo, sabemos que eso es prácticamente imposible. Nosotros no decidimos en qué familia íbamos a nacer y quiénes debieron ser nuestros padres.

  Me inclino a declarar esto porque es en el núcleo familiar donde desarrollamos un gran porcentaje de la autoestima en nuestra vida. Lamentablemente son muchas las familias que han originado en los niños malos hábitos en la conducta y en el pensamiento. ¿A qué me refiero al decir esto? Quiero explicarlo con algo muy sencillo. Si los padres, ya sea papá o mamá, continuamente le dicen a su hijo(a)  que no sirve para nada y que es un inútil, esto originará un patrón mental de inferioridad en dicho niño(a). Si no sucede un cambio a nivel de la imagen y  del pensamiento a medida que este niño(a) crece, seguro que será un adulto inseguro(a) y con complejos de inferioridad.

  
  Por regla general el ambiente donde una persona ha crecido y en el que vive, es decir, las relaciones con las personas más próximas a él, como familiares, padres, hermanos, amigos, compañeros, le traerá una fuerte influencia. Normalmente nos valoramos en función de cómo nos ven esas personas.

   Unos padres inteligentes son aquellos que estimulan al niño en aquello que sobresale. ¿Cuáles serán los resultados de esto?. Primero, el niño crecerá pensando de sí mismo que puede vivir y competir sin temor a fracasar y segundo, mas tarde se convertirá en un adulto seguro y equilibrado.


  ¿Cuál debe ser el comportamiento de unos padres que quieren formar una autoestima equilibrada en sus hijos? Veamos algunos consejos que pueden ayudar.

a.- Forme  en el niño una actitud mental positiva
b.- Cada vez que se dirija a él, hágalo utilizando las palabras adecuadas y el tono correcto
c.- Reconozca con él los errores, no para maltratarlo emocionalmente, sino  para buscar las soluciones
d.- Acostúmbrelo a tener un vocabulario positivo.
e.- Cada vez que haga algo sobresaliente, dele unas palabras de felicitaciones.
f.- Sea usted un ejemplo no solo con sus palabras, sino con su comportamiento.

Si lo desea hoy puede ser el comienzo de cambiar una autoestima baja a una equilibrada...






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