miércoles, 22 de febrero de 2017

Cuida de hablar solo Bendición y no maldición

MALDICIÓN Y BENDICIÓN

Ten cuidado de tus Palabras
Hay un principio universal con las palabras y es el siguiente “Nuestras palabras son documentos legales, escritos en el mundo espiritual”Cuando aprendí esto, tomé la precaución y un sumo  cuidado con cada palabra que sale de mis labios. Le testifico que he pasado un buen tiempo con un lenguaje distinto y los resultados han sido SORPRENDENTES.  Puedo decir que en todos los aspectos de mi vida ha cambiado para bien producto de esa revelación que Dios trajo a mi vida.

Leyendo la Biblia, después de aplicar ese principio a mi vida, me conseguí que el salmista  David como que ya sabía de esta revelación de los efectos de las palabras, pues él dijo en una oportunidad;

“Mi lengua es pluma de escribiente
 muy ligero”.

Salmo 45:1

 Fue aquí en este versículo que comprendí como eran escritos esos “documentos” en el mundo espiritual; con mis palabras. Sin embargo, en mi continuidad de la lectura bíblica obtuve más revelación con lo que escribió el rey Salomón en su libro de proverbios:

“La muerte y la vida están en poder de la lengua”

Proverbios 18:21

 Llegué a la conclusión, después de estos dos textos bíblicos, que las palabras que pronuncio con mi lengua,  juegan un papel muy importante y determinante para mi futuro. Note que este último texto del hijo de David dice que la muerte y la vida están relacionadas directamente con las palabras que pronunciamos con la lengua. Por lo tanto, está en nosotros en pronunciar palabras de muerte, enfermedad, pobreza o también determinar hablar palabras de vida, salud y prosperidad.

La maldición es peligrosa
Lamentablemente hoy son incontables  las personas que continuamente caen en el error de confesar palabras de maldición y no se dan cuenta que con ese tipo de declaraciones están acarreando desgracias para sus vidas. Ahora, alguien podría decir que en su vocabulario no  hay ese tipo de palabras, no obstante, creo que eso es producto del mal concepto que se tiene de la palabra maldición. Si estudiamos este término maldición veremos que maldecir viene del griego kakologeo que significa hablar mal. (kako, mal; lego, hablar). Así que, maldecir es simplemente confesar o hablar mal.  Ahora, lo contrario de esta palabra maldición es bendición. ¿Pero que significa esta palabra? Bendición viene del griego eulogia que significa hablar bien. De esta palabra griega es donde se deriva el término elogio, es decir, usted elogia a alguien cuando habla bien de ella.

   Para notar como hay vidas que suelen hablar mal veamos “inocentes” maldiciones que muchos hablan sin percatarse de ello. Cuando alguien, por ejemplos, por cualquier motivo no recuerda un asunto y dice “Es que esa mente   mía  no me sirve para nada”, allí  esta persona ha incurrido en palabras de maldición. Otro ejemplo podría ser cuando cualquiera confiesa: “Yo nunca salgo de problemas, pues salgo de uno y entro en otro”.  Allí también se ha caído en un mal hablar. Un último ejemplo podría ser una madre o un padre diciéndole a su hijo “Muchacho bruto, eres un bueno para nada”. ¿Le es familiar ese tipo de confesiones? Puede que piense que si y que en varias oportunidades le dijeron ese tipo de MALDICIÓN.  Ahora, esto es solo tres pequeños ejemplos, pero la lista de palabras de maldición podría no terminar. Es por ello que a nuestro alrededor nos conseguimos infinidad de personas que sus estilos de vidas son a medias. No han podido remontarse a  las alturas de la excelencia por el tipo de maldiciones (hablar mal) que salen de su boca.

He pensado con mucho detenimiento esto del hablar de las personas y he llegado a la conclusión de que son muchas las que le dan poca o nada de importancia a este tema de las confesiones.  Veo que  hay una fuerte y profunda ignorancia  de los efectos que tienen nuestras palabras habladas. Hay una falsa creencia de que las palabras se las lleva el viento. Sin embargo, si vamos  a lo que Dios nos dice en su palabra, notaremos que las cosas no son así. Las palabras que pronunciamos cada día van a determinar nuestro estilo de vida en el presente y en el porvenir.

Permítame  explicarle  y  profundizar   un  poco    acerca   de   como   es   que nuestras palabras son un documento escrito. Cuando una persona rica escribe un testamento y muere, ese documento entra en vigencia. Será  este escrito lo que va a permitir saber cómo se va a distribuir los bienes que esa persona fallecida ha dejado. Dicho en otras palabras; el documento declara la decisión del fallecido. Es exactamente lo que ocurre con nuestras palabras, nosotros “escribimos los documentos” que han de decidir nuestro futuro. Si hablamos palabras positivas, edificantes y que están de acuerdo a la  palabra de Dios, tendremos éxito, pero si hablamos palabras negativas, llenas de incredulidad y que no estén en línea con lo que ha dicho Dios, tendremos resultados desagradables.

En nuestra cultura occidental se le da muy poca importancia a lo que se dice, pero si una suma importancia a los documentos escritos, firmados y sellados. Pero sí vemos en la Biblia, que es la guía para nuestras vidas, notamos que Dios le da mucha importancia a nuestras palabras, ya sea aquí en América o en cualquier parte del mundo. Para él es tan legal las palabras pronunciadas, como es para nosotros un documento firmado y sellado en nuestras manos. Por ejemplo, usted puede tener en su poder el título de propiedad de un terreno y con ese documento ir a cualquier tribunal y confirmar que ese terreno es suyo. Con nuestras palabras ocurre lo mismo, pues ellas son documentos legales, escritos en el mundo espiritual. Son nuestras palabras o esos “documentos”  los que le dan la autoridad a Dios de moverse a nuestro favor; pero de la misma manera le pueden dar el poder y autoridad a los espíritus de las tinieblas.

Hay palabras que enferman
Si lo ha notado, hay a nuestro alrededor seres que solo hablan palabras cargadas de enfermedades, quejas e incredulidad. Son este tipo de personas que no salen de problemas y pareciera que nunca les sucediera algo bueno que resaltar. Debido a esto  sus cuerpos tienden a ser débiles y con  una fuerte tendencia a las enfermedades debido a las palabras que pronuncian continuamente. Sus cuerpos reaccionan de acuerdo a lo que sus labios confiesan. Dijo Santiago, inspirado por el Espíritu Santo, estas palabras:


“... la lengua está entre nuestros miembros y
contamina todo el cuerpo”

                                                                                           Santiago 3:6

¿Notó las palabras todo el cuerpo? El cuerpo es afectado, para bien o para mal, por las palabras que hablamos. Si usted confiesa que su cuerpo no  sirve para nada, vaya preparando los servicios de la funeraria porque con unas palabras de ese tipo no le queda mucha vida. Los médicos han comprobado que nuestras palabras afectan directamente nuestro cuerpo y nuestro estado de ánimo. Han explicado que nuestro sistema inmunológico, que son nuestras defensas naturales, es fortalecido o debilitado por las confesiones que hacemos. Por ejemplo, si alguien dice: “es que mi cuerpo está muy viejo, no me sirve para nada y siempre está enfermo”,  allí se cumple lo que dice santiago que nuestra lengua contamina todo el cuerpo y nuestras defensas son debilitadas por dicha confesión. Ahora sus defensas naturales se fortalecerá cuando usted confiesa algo como “cada día mi cuerpo recibe fuerza de Dios y tengo las fuerzas del búfalo”. Si cada mañana usted se anima y se decide a confesar palabras de este tipo no me extrañaría de que su cuerpo viva con una salud inquebrantable. Voy a repetirle lo que dijo el sabio Salomón:

“La muerte y la vida están en poder 
de la lengua”.

Proverbios 18:21

Aquí en este verso bíblico dice la muerte y la vida, sin embargo, me atrevería a decir también: la enfermedad y la salud, la pobreza y la prosperidad están en poder de la lengua. 


Hable solo Bendición
Si usted desea tener una vida exitosa y sobresaliente debe obligatoriamente erradicar toda confesión de derrota, de muerte, de enfermedad y de pobreza de sus labios. Debe acostumbrarse a un lenguaje Bíblico, un lenguaje que esté de acuerdo con las declaraciones de Dios. Le aconsejo que cuando esté tentado a pronunciar palabras negativas cierre su boca y no diga nada o mejor confiese ¡Aleluya estoy en victoria!. Y a parte de eso que sea recoocida como una persona que siempre tiene una palabra de Bendición en su boca.

2 comentarios:

  1. Muchas gracias por esa enseñanza bendiciones para ud, su familia y sus propositos

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